Proyectos de Vida

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jueves, 8 de septiembre de 2011

Buscando Un Sueño (Cuento)


Después de Pasar días con emoción y suspenso, con la noticia de que nos iremos del barrio, de tanto esperar, ha llegado la hora y los cielos se han puesto de acuerdo en mezclar la situación, con una tarde con el sol a medias en un color extravagante ya oscureciendo, el ruido de los pájaros al volver a casa y esconderse del Frío en medio de la oscuridad, me encontraba frente a la nueva casa, era hermosa no la esperaba de esta forma con un medio perfil ocultado por la sombra del día que fulminaba y por dentro llena de habitaciones con un ambiente familiar que deslumbraba; Terminábamos de descargar los muebles del camión de mudanza, noté que habían muchos niños que jugaban en medio de la calle en el fondo del callejón, estaba con Luis mi hermanito menor quién me invitó a jugar e integrarme junto con los niños del vecindario, estaba nerviosa no conocía a nadie y no sabía que decir, pero en un abrir y cerrar de ojos sin darme cuenta en un momento entré a relacionarme con ellos, no entendía lo que jugaban solo lo Hacía y me divertía. Más tarde cuando el sol ya terminaba de ocultarse pude ver que Jorge uno de los niños se levantó en una de las bancas más altas como un líder y anunciaba: "Se HA ocultado el sol y el momento Esperado donde volaremos lejos de tierra, en un mundo imaginario donde las realidades se dejan de lado, en un lugar indescriptible y Desconocido para mayores, donde cada invitado es libre". Todos con gran alegría y emoción le aplaudieron, la parecer lo hacían de forma constante pero para mí y para Luis era algo desconocido, no entendíamos a que se refería con todas estas palabras, por lo visto era un sitio fantástico, lleno de juegos donde  lo común del juego, de solo correr y lanzar piedras pasaría a un sueño donde tu imaginación era la clave a una extravagante aventura. Nos dirigimos al fondo, bajo un gigantesco árbol al lado de una pequeña casa, un poco deteriorada, en el momento estábamos cinco niños, y Jorge era como un líder quién al rodar una tabla en medio del tronco nos invitó a seguir, habían unas escaleras que al bajar se notaba una luz brillante que deslumbraba a todos y llenaba de alegría al igual que el arcoíris, era entrar dentro de él. Observé muchos y variedades de dulce de todos los sabores y colores, chocolates y frutas; Luces de distintos colores que Bailaban y brillaban al son de una música y un sonido donde su lugar de nacimiento se desconocía. Todos los niños jugaban alrededor, corrían, gritaban y saltaban, otros bailaban era un sitio en la nada donde solo importaba el punto de imaginación y alegría con el cual vivían alegres donde la mente era tu mejor amiga, se les notaba en el rostro. Era tarde por lo visto y en un momento poco a poco todos fueron quedando dormidos, yo quise esperar que esto sucediera pero mis ojos me engañaron y fui a parar como ellos.  Al despertar nos encontrábamos alrededor del árbol de tal forma que todo parecía solo una ilusión, un deslumbrante sueño. Abrace y tomé en los brazos a Luis mi hermanito y lo llevé hasta la casa, aún estaba dormido.
Todos los Días al atardecer nos reuníamos para experimentar y gozar de esta gran aventura que solo se describía  como un viaje dentro de nosotros mismos al fondo y más profundo de nuestra mente. Aquél lugar, un sueño donde se era feliz lleno de alegría y dejando de lado las responsabilidades y deberes en casa se convertía en un sueño buscado por todo niño.
Una tarde llegamos al parque, nuestro punto de encuentro, noté a Jorge y a otros niños muy tristes, sorprendida  me acerqué y pregunté que pasaba, en el momento y con un gesto de tristeza Jorge se levantó y me respondió: "Hoy es mi cumpleaños" Extrañada y confundida con el pensar que era un día maravilloso y especial para estar así, con un gesto me interrogaba y Laura una de las niñas se puso en pie y me explicó que esta gran aventura, el sueño buscado dentro de un viaje a lo inexplicable de nuestra mente solo lo experimentaríamos hasta los trece años donde se dice que a partir de esta edad dejas tu niñez y maduran tus pensamientos para tomar los nuevos retos de la vida en un mundo mayor. En el momento comprendí el porque los adultos no llegaron a sospechar de nuestro gran secreto, para ellos en las tardes solo jugábamos alrededor del árbol mayor. Me preocupé al saber esta noticia, puesto que en unos meses, yo estaría en la lista de los mayores, con mis trece años de vida. Jorge se acercó a mi y me confesó que podría continuar si era una verdadero niño por dentro aunque era difícil pues ya mi mente estaría llena de responsabilidades y no daba lugar a la imaginación verdadera. Ese día decidimos no hacer nada, solo guardamos silencio.
Al paso del tiempo al tener mis trece años seguí gozando de este sueño pero lentamente y poco a poco se me hacía extrañado y oscuro, la llama de la alegría de extinguiera y era cierto pensaba en los estudios, tareas del hogar, salidas, música y otras formas de divertirme donde no entran los niños, solo pensaba en responsabilidades al abrir los ojos entendí que este viaje a mi interior, fuera de la realidad estaba por terminar. Tiempo después al empezar a trabajar y tomar nuevas decisiones y con una nueva forma de ver la vida en un mirar hacía el parque buscando dejar los problemas de lado quise sentarme alrededor del árbol, bajo su sombra fría, me quedé dormida y empecé a soñar y pensar e juegos, dulces con música y luces extravagantes en medio de un sitio inexplicable, todo alrededor de una pequeña vela que se extinguía poco a poco  y el cielo se oscurecía tomando un color gris, me desperté llena de tristeza sin saber que hacer, confundida y buscando regresar aquel lugar a lo inexplicable.










Diana Lozano C.

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